Cervezas La Salve

«En la cervecera de LA SALVE siempre había ‘bailongo’»

«En la cervecera de LA SALVE siempre había ‘bailongo’»

Gotzon Monasterio, “el abuelo del rock & roll de Bilbao”

Gotzon MonasterioLa vida de Gotzon Monasterio siempre ha girado en torno al rock, su pasión. Ha formado parte de innumerables bandas bilbaínas, ha producido las músicas más diversas y sobre todo ha inculcado el respeto por los grandes rockeros desde los locales de hostelería que ha regentado. Charlamos con él sobre el Bilbao gris que dejamos atrás y este Bilbao luminoso y turístico que no le acaba de convencer. Lo que sí cree que mantiene su esencia es LA SALVE, la cerveza que bebía antaño en Iturribide y que en 2015 le sigue sabiendo a cebada «no como otras, que no saben a nada».

Empezaste en la música muy temprano.

A los 16 años era el guitarrista profesional más joven de todo Bilbao. Los de mi grupo me llevaban tres o cuatro años. Ahora que ya tengo más de 60 años me llaman ‘el abuelo del rock & roll de Bilbao’.

¿Qué rockeros eran tu referencia?

Los de mi generación y alguno más de los nuevos. Los ‘Rolling’, Deep Purple, Black Sabath, Jimmy Hendrix y todas esas bandas que pululaban… Más tarde empecé a seguir a los nuevos rockeros como White Snake, Cucharada o el argentino Moris. Y por supuesto el rock que se hacía en Madrid como el de Leño.

Es una cerveza que sabe a cerveza: suave pero con sabor

En aquellos tiempos música y LA SALVE estaban unidos.

Conocí LA SALVE con mi padre, que trabajaba de mecánico naval en los remolcadores de la Ría. Muchas veces los jueves me llevaba a la cervecera y solíamos comer pollo y salchichas. Allí siempre había ‘bailongo’, siempre había música.

Cuando nos fuimos haciendo adolescentes, los de mi grupo se juntaban con otros músicos como los de Los Vela o Los Espectro en la cervecera. LA SALVE tenía un fuerte competidor que era la cerveza Oro. Nosotros bebíamos LA SALVE porque me gustaba más, sabía más a cerveza, más a cebada. Además, con la Oro con ocho botellines se te ponía un dolor de cabeza del copón que con ésta no pasaba. Podías beber más y aguantabas un poco más la juerga. En el Iturribide de entonces había muchos bares que tenían botellines de cerveza LA SALVE.

¿Has probado LA SALVE desde su despertar en agosto de 2014?

¡Claro! Es una cerveza que sabe a cerveza. Cuando la probé me pareció que estaba bastante bien: suave pero con sabor. No como esas otras en las que bebas lo que bebas saben igual. La mayoría solo saben a alcohol.

En el Iturribide de entonces había muchos bares que tenían botellines de LA SALVE

¿En Bilbao había ambiente rockero?

En Bilbao teníamos nuestras propias bandas. Todo el Casco Viejo era nuestra zona, sobre todo Iturribide y ‘Barrenka’. Ahí todavía se mantiene el espíritu bohemio a pesar lo de burgués y turístico en lo que se ha convertido Bilbao. Espero que algunas zonas no pierdan ese encanto y sigan siendo lugares de reunión de gente especial. Los alrededores de Mazarredo también eran bohemios, pero esos los hemos perdido y ahora son pijos.

Ahora apenas existe aquel Bilbao canalla, en el que bebíamos y ligábamos

Un Bilbao mucho más gris…

Ahora estoy preparando un libro nuevo, que se llama ‘Bilbao Blues’. Habla de ese otro Bilbao, el Bilbao feo, como el de San Francisco o Bilbao La Vieja en donde viven otros personajes. No es una crítica a Bilbao, es precisamente un homenaje al Bilbao Underground. Ahora apenas existe aquel Bilbao canalla, en el que bebíamos y ligábamos. Como mucho, lo máximo que molestábamos a los vecinos era cuando nos poníamos a cantar. Éramos artistas, músicos, pintores, actores…

¿Has podido vivir de la música?

En las bandas que he tocado siempre hemos sido semiprofesionales, no se podía vivir de eso. Pero siempre he vivido alrededor de la música. El primer local de hostelería que monté fue uno de los primeros bares rockeros de Bilbao, fuimos los pioneros. Además, me he dedicado a ser productor de blues y rock, e incluso de electrónica y músicas experimentales y abstractas.